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lunes, 9 de julio de 2012

Soy igual que él

"Yo también estaré siempre sola, mamá, siempre lo he estado. Soy incapaz de adaptarme a la vida de otra persona. Lo único que me diferencia de él es mi capacidad de disimulo y sacrificio. Aunque esas cosas, como casi todo lo que nos obliga a un esfuerzo enorme, no pueden mantenerse mucho tiempo. Algún día mis hijos me lo reprocharán y tendrán razón."


                               Violeta Lax a Valérie Rahal en Habitaciones cerradas de Care Santos




Llegar a la página 131 y verte reflejada en una habitación cerrada.

jueves, 14 de mayo de 2009

El nuevo dardo en la palabra

Esta semana Perceval nos ha hablado sobre las palabras -entre otras cosas- así que me he dicho "Oh, tú tenías escrito algo sobre ellas". Aquí lo teneis. La tercera acepción del diccionario de la RAE nos cuenta (aunque nos podría comentar también) que un dardo es un dicho satírico o agresivo y molesto. No hay mejor manera de describir a Lázaro Carreter y a esta recopilación de artículos, escritos entre 1999 y 2002, que con estos adjetivos.

Fernando Lázaro Carreter tenía en su haber un sinfín de títulos, premios y libros que avalaban su carrera como crítico, profesor y estudioso, pero sobre todo como incansable luchador a favor del buen uso de la lengua española. Tanto en “El dardo en la palabra” como en “El nuevo dardo en la palabra” Lázaro Carreter se dedica a hacer un estudio del lenguaje de los periodistas. A su entender, las personas que están al frente de los medios de comunicación son quienes tienen más responsabilidad en cuento al lenguaje porque son los encargados de transmitir correctamente su uso. Aun así, los medios de comunicación no siempre son buenos transmisores de aciertos lingüísticos y como consecuencia de sus equivocaciones, la sociedad también erra. Este libro fue escrito con el fin de hacer evidentes los numerosos errores lingüísticos de los medios de comunicación y así poder corregir nuestros deslices con el idioma. Asimismo, podemos ver la evolución (o la no evolución) de la lengua a través de las épocas históricas.

El libro nos muestra los miles de errores que cometemos todos los días. Por una parte el uso inapropiado de palabras con diferente significado pero que la gente utiliza por sinónimos como, por ejemplo mandar y mandatar. Por otra, la invención de nuevas palabras o expresiones como “buenas madrugadas” por no hacer el esfuerzo de pensar en qué franja horaria situar las 01.00 h. También es criticada la insistencia en cometer el crimen de no acentuar gráficamente las mayúsculas.

Los dardos de Lázaro Carreter están escritos con un tono de humor, buscan llamar la atención del lector, pero siempre son tratados con al seriedad y el rigor que merece la lengua. La sátira es una constante en todos los artículos. Dicha sátira la utiliza muy a menudo con la expresión “escribidor” para denominar al “mal escritor” causante de los errores y en la referencia al eterno debate de si oímos o escuchamos.

El nuevo dardo en la palabra (II)

El lenguaje que nos encontramos parece claro y sencillo, pero a medida que se van avanzando páginas el exceso de sátira hace que éste se vuelva complicado y enrevesado. Por tanto, cualquier persona podrá leer el libro, pero no cualquiera lo podrá entender. Se necesita un mínimo conocimiento de la lengua y un conocimiento de las figuras retóricas. Conocer la lengua en que nos expresamos nos sirve para aprender de ella, para darnos cuenta que muchos de los dardos ajenos, son propios.

Los temas tratados reflejan la actualidad del final del siglo XX y principios del XXI. Podemos encontrar referencias a este cambio de siglo, a las elecciones del año 2000 o el inicio de los reality shows. Pero lo más importante es que hay temas y dardos que son contemporáneos y se pueden entender fácilmente sin necesidad de contextualizar. Es el caso del término violencia de género. Este vocablo adoptado del inglés no diferencia en las lenguas románicas entre “sexo” y “género”, palabras equivalentes en inglés. Todavía hoy en día, 8 años después de escribirse el artículo, se discute la denominación que debe recibir la violencia que reciben las mujeres por parte de los hombres.

“El nuevo dardo en la palabra” es un libro que todo periodista y persona con un poco de interés lingüístico debería tener en la mesita de noche junto con un diccionario y una libreta para apuntar aquellos errores que cometemos. Una vez leído y releído el periodista debería concienciarse de la importancia de utilizar bien su herramienta de trabajo. Sus errores podrán no ser percibidos por las personas con un nivel cultural bajo, pero le pondrán en evidencia delante de aquéllas con un alto bagaje cultural.

Después de leer este libro, cualquier lector tendrá la sensación que es el habitante del planeta que peor habla y escribe. Temerá ponerse delante de una hoja en blanco, sentirá la presencia del señor Carreter desde allí donde esté y pensará más de dos veces antes de escribir o hablar. Quizá el miedo al error sea el peaje que hay que pagar para llegar a usar correctamente el idioma.