domingo, 9 de mayo de 2010

La Boda de Dani (II)


Laura esperaba a Nacho en la barra, cerca de la puerta y lejos del gran salón donde los invitados bailaban al ritmo de canciones que nunca pasan de moda. Se había vuelto a poner los zapatos y tomaba una caipirissima. Sabía lo que le quería decir, pero no sabía si era el momento, ni siquiera si hacía falta contarle a Nacho aquello. Era importante que no hubiese pasado nada aquella noche, sin embargo, sin el contexto Nacho no lo entendería y explicar el contexto significaba explicarle muchas cosas.

- ¿Laura?

Estaba tan inmersa en sus pensamientos que no había percibido la presencia de Nacho en la barra.

- ¡Me has asustado! Pide algo y vayamos fuera, tengo que contarte algo y no sé como, quizá el aire fresco me aclare las ideas.
- Mmmm... de acuerdo. ¿Me debería preocupar?
- En realidad no.

Se instalaron en un columpio. Parecían estar en un porche de serie americana, sólo les faltaba na manta y que empezara a anochecer. Pero estaban a las afueras de Barcelona, eran las nueve y el verano les obsequiaba con una cálida luz y una suave brisa.

- ¿Sabes por qué quería venir sola?
- Puedo imaginármelo y... supongo que está relacionado con lo que me quieres decir ahora... ¿No?
- No de la manera que crees.

Laura dio un gran sorbo a su caipirissima y dejó el vaso en el suelo. volvió a quitarse los zapatos y a adoptar la posición del baño.

- No me he podido acostar con Dani y es culpa tuya o... gracias a ti. No, espera déjame acabar. ¿Recuerdas por qué rompí con Marc? Tras una discusión salió de fiesta y se levantó al día siguiente con una chica que no era yo. Bien... Dani y yo mantuvimos una relación paralela, esporádica y húmeda a lo largo del año y medio que estuve con Marc.

Nacho había pasado querer decir algo a no poder articular palabra. No entendía la actitud de Laura ni en aquel momento ni en el momento del que hablaba y tampoco por qué se lo contaba a él.

- Quería despedirme de Dani. Cuando nuestra relación estaba más indefinida que ahora nos habíamos visto alguna vez y, pensaba que al no tener etiqueta podría... bueno, ya sabes, un último adiós. Cuando estábamos encerrados en el baño, él me iba bajando la cremallera y me susurró "Te he echado de menos". Entonces retumbó en mi cabeza "Vamos Pablo yo confío en Laura". Y me puse a llorar. Y le aparté. Y se enfadó. Y se fue. Y te llamé. Y...
- ¿Si no hubiese dicho eso hubieras seguido?
- No... Hubiese escuchado otras cosas como "¿Qué vemos esta noche?", "Ha sido ella quien se ha acabado el café" o "Vamos, es el mando de la tele no un lingote de oro". Palabras que no quiero dejar de escuchar.
- Lau...

Nacho entendió que Laura no se lo contó para dejarle claro que no le había sido infiel, sino para mostrarle que aquello estaba tomando un cáliz que ninguno de los dos sabía como interpretar, que estaba empezando a ser algo más que diversión y casualidad.

- Si esto fuese una película debería decirte "Te quiero".
- Mejor que no lo hagas, prefiero seguir en la vida real.