Después de recoger los restos de la fiesta de cumpleaños de Nacho, Laura y Pablo se dieron cuenta que habían sobrevivido a los preparativos, a la celebración y a la mañana siguiente sin haberse atacado más de la cuenta.
-Bueno, parece que lo hemos logrado. Como dice Nacho, debemos apreciarnos un poco en el fondo. ¿No crees, Laura? Nacho estará contento.
- Claro... De hecho te voy a confesar una cosa. Yo te quiero tanto como a la sal.
- ¿Cómo debo de senirme al escuchar esa frase de alguien que deja los platos sosos?
- Debes sentirte tremendamente halagado... No te he dicho que no te quiero, sino que te quiero en tu justa medida. ¿Y tú a mi, cuanto me quieres?
- Yo... Cómo a los limones.
- Eres alérgico a ellos...
- Y, a pesar de ello, siempre acabo bebiendo tequila...
Deapués de las confesiones culinarias, no podían hacer otra cosa que brindar ocn un trozo de pizza del díana nterior.