martes, 12 de enero de 2010

Teníamos un trato


Pasaban más de veinte minutos de las ocho cuando se abrió la puerta. En el comedor parecía que había pasado un ciclón. La mesa estaba llena de papales subrayados con demasiados colores, sobre las sillas descansaban montones de libros abiertos o por abrir y el suelo, era una extensión de la mesa. Laura, en el sofá miraba sin demasiado entusiasmo una serie de televisión.

- Teníamos un trato.
- También teníamos café y esta mañana se ha acabado.
- ¿Qué? Y seguro que no has comprado. ¿Qué voy a desayunar mañana? Pero, no me cambies de tema. Ya sabes de qué trato te hablo. Podías pasar aquí unas semanas si no cambiabas la decoración. Y éste, no parece mi piso.

- Ah, de ese trato me hablas. En una convivencia hay que ceder. Yo acepto que seas tan ordenado. Acepta tú que yo también lo sea.
- ¿El que? ¿Ordenada?

- Sé perfectamente dónde está cada cosa.
- ¿El subrayador amarillo?

- Encima de la silla más cercana a la puerta.
- ¿El verde?
- Debajo de la mesa, junto a una goma de borrar y un punta fina azul.
- ¿El lila?
- No tengo subrayadores lilas... ¿Ves? Todo en orden.
- No, no todo está en orden. ¿Cuándo piensas volver a dejarlo todo como estaba?

- Mmm... No sé. Déjame pensar. El viernes tengo un examen, pero la semana que viene tengo que entregar un reportaje, una crítica y un trabajo indescriptible. Quizá el próximo martes esté lo suficientemente estresada como para hacerlo.
- ¿No sería más fácil hacerlo hoy o mañana?

- ¡Eh! Estoy viendo Seinfield, ¿Vale? Además... Si lo hago ahora... ¿Qué haría el martes?
- ¿Hacer los trabajos?

- ¿Y qué haría el jueves por la noche?
- ¿Dormir?
- ¡Bahh! Entonces no tiene emoción.
- En serio, no te entiendo, ni siquiera te gusta esa serie.
- Tampoco me gusta despertarme a la siete y hoy lo he hecho. Son cosas de la vida, rutinas, manías… llámalas como quieras.
- No pienso discutir contigo. Por cierto... ¿De qué otro trato podría esta hablándote?

- No sé, quizá del de no dormir juntos otra vez. También lo teníamos y tampoco lo he cumplido. Ah, claro como ese también lo has roto tú no pasa nada.
- No es lo mismo.
- Es un trato igual.
- Me voy a la ducha.
- Eso, huye.
- No huyo.
- Te equivocas.
- ¿Cómo?
- Sí he comprado café.

2 comentarios:

  1. ¿Te he dicho alguna vez este blog me parece sexy?


    Describes escenas, momentos, situaciones que podría incorporar cualquier libro, película o serie de las que me gustan a mí.


    R is back!

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