-Necesito ron.
- ¿Ron?
-Sí, ron. Ron de la botella vacía que hay encima de la mesa de trabajo que tiene la función de jarrón de unas flores secas que desprenden olor a momentos alegres.
- ¿Sabes que acabas de formular una frase muy larga y liosa?
- Sí, lo sé, pero me da igual.
- ¿Por qué te da igual?
- Porque necesito ron.
-¿Has bebido?
-No, o al menos no lo suficiente así que me voy a acabar tu cerveza.
-¿Lo suficiente para qué?
-Lo suficiente para… ¡pedirte un abrazo!
-Pero si nunca has necesitado ron para eso.
-Eso es lo que tú te piensas. Pero no necesito un ron cualquiera, necesito el ron que hay encima de ...
- ¿Ron?
-Sí, ron. Ron de la botella vacía que hay encima de la mesa de trabajo que tiene la función de jarrón de unas flores secas que desprenden olor a momentos alegres.
- ¿Sabes que acabas de formular una frase muy larga y liosa?
- Sí, lo sé, pero me da igual.
- ¿Por qué te da igual?
- Porque necesito ron.
-¿Has bebido?
-No, o al menos no lo suficiente así que me voy a acabar tu cerveza.
-¿Lo suficiente para qué?
-Lo suficiente para… ¡pedirte un abrazo!
-Pero si nunca has necesitado ron para eso.
-Eso es lo que tú te piensas. Pero no necesito un ron cualquiera, necesito el ron que hay encima de ...
- …de la mesa que bla bla bla. Dime qué tiene ese ron para que lo necesites tanto.
-¡La solución! Aunque bien podría tenerla esa cerveza que me acabas de quitar.
-¿La solución a qué?
-A todo lo susceptible a ser solucionable. Iepa! És meva! Esther is happy!
-Yo que creía que todos los problemas podías solucionarse de una forma u otra.
-Mmm… no creo, pero ¿sabes qué creo, no, no ¿sabes qué afirmo? Que todas las soluciones generan problemas. Seguro, indiscutible, tengo razón, me merezco un trago.
-A ver, a ver… entonces el ron te va a solucionar unos problemas y a la vez te generará otros.
-Claro, de acuerdo, tiene razón, amigo, como siempre. Mas no te diste cuenta que tú mismo, amigo, te contestaste. ¿Quién ha dicho que yo quiera solucionar los problemas que me va a generar el ron? Yo quiero solucionar los problemas de ahora. Bueno, al menos los que sean solucionables. Ya nos preocuparemos más adelante.
-¿Y esos solucionables son muchos o pocos?
-No sé, consígueme ron y te lo cuento que la cerveza de momento no sirve.
-No te entiendo.
-Ni falta que hace. ¿Nunca te hablé de ron?
-Ni falta que hace.
-Ñiñiñi. Sí hace falta, és molt molt necessari! “Necesito ron” me oirás decir muchas veces, amigo, cuando no sepa que hacer con mi vida, necesitar ron es necesitar… una especie de… Sí, ya lo tengo una especie de ¡catarsis! ¡Oh! Cuantísimo me gusta esta palabra ¡Brindemos! Catarsis… ¡Volvamos a brindar! En fi… Romper con todo, poner en orden las ideas, decir “hasta aquí llegó el caos”. Eso en necesitar ron de la… No… Ron que… bueno de ese que sabes. Aunque íbamos por el caos, ¿verdad? Caos, que harmonía más irregular, que orden más desordenado, que dulce más amargo, que trago más corto.
-Qué incongruencias más grandes…
-¡Bah! No tengo ganas de oírte, tengo ganas de que me escuches decir…
-¿Decir más tonterías?
-¡No! Eh, ¿por qué te la has acabado? ¿También te apetece cambiar de problemas? Es igual, no me contestes, estaba hablando yo. Sí, sí vuelvo al tema “Quiero que me escuches decir” que no bebo ron, que si me pongo a pensar creo que quizá ni me guste, que nunca he bebido ron por mucho que lo vaya proclamando en mis vidas virtuales, que mi ron no es alcohol. Que no quiero ser un pirata, que no quiero que me dejes serlo, que quiero que me des un abrazo. Y tú, ¿qué quieres?
-¿Yo? Quiero ron.
-¡La solución! Aunque bien podría tenerla esa cerveza que me acabas de quitar.
-¿La solución a qué?
-A todo lo susceptible a ser solucionable. Iepa! És meva! Esther is happy!
-Yo que creía que todos los problemas podías solucionarse de una forma u otra.
-Mmm… no creo, pero ¿sabes qué creo, no, no ¿sabes qué afirmo? Que todas las soluciones generan problemas. Seguro, indiscutible, tengo razón, me merezco un trago.
-A ver, a ver… entonces el ron te va a solucionar unos problemas y a la vez te generará otros.
-Claro, de acuerdo, tiene razón, amigo, como siempre. Mas no te diste cuenta que tú mismo, amigo, te contestaste. ¿Quién ha dicho que yo quiera solucionar los problemas que me va a generar el ron? Yo quiero solucionar los problemas de ahora. Bueno, al menos los que sean solucionables. Ya nos preocuparemos más adelante.
-¿Y esos solucionables son muchos o pocos?
-No sé, consígueme ron y te lo cuento que la cerveza de momento no sirve.
-No te entiendo.
-Ni falta que hace. ¿Nunca te hablé de ron?
-Ni falta que hace.
-Ñiñiñi. Sí hace falta, és molt molt necessari! “Necesito ron” me oirás decir muchas veces, amigo, cuando no sepa que hacer con mi vida, necesitar ron es necesitar… una especie de… Sí, ya lo tengo una especie de ¡catarsis! ¡Oh! Cuantísimo me gusta esta palabra ¡Brindemos! Catarsis… ¡Volvamos a brindar! En fi… Romper con todo, poner en orden las ideas, decir “hasta aquí llegó el caos”. Eso en necesitar ron de la… No… Ron que… bueno de ese que sabes. Aunque íbamos por el caos, ¿verdad? Caos, que harmonía más irregular, que orden más desordenado, que dulce más amargo, que trago más corto.
-Qué incongruencias más grandes…
-¡Bah! No tengo ganas de oírte, tengo ganas de que me escuches decir…
-¿Decir más tonterías?
-¡No! Eh, ¿por qué te la has acabado? ¿También te apetece cambiar de problemas? Es igual, no me contestes, estaba hablando yo. Sí, sí vuelvo al tema “Quiero que me escuches decir” que no bebo ron, que si me pongo a pensar creo que quizá ni me guste, que nunca he bebido ron por mucho que lo vaya proclamando en mis vidas virtuales, que mi ron no es alcohol. Que no quiero ser un pirata, que no quiero que me dejes serlo, que quiero que me des un abrazo. Y tú, ¿qué quieres?
-¿Yo? Quiero ron.
m'encanta el diàleg.
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