jueves, 15 de abril de 2010

Llevaba tus zapatos


Primer tono. ¿Le cogerá el teléfono? Segundo tono. Claro que se lo cogerá. Tercer tono. Vale, de acuerdo es posible que no se lo coja. Cuarto tono. Lo sabía.

-¡Nacho! Me he acordado de ti. Muy fuerte, verás. Iba a coger el metro para volver a casa, pero no estaba tan lejos así que he decidido volver a casa a pie. De hecho estoy volviendo aún, pero a lo que iba. Bajaba por Aribau y de repente ¡zas! Un chico muy alto, ni demasiado rubio ni demasiado poco, verdes... ¡ojazos verdes! Perfecto...

Al otro lado del teléfono, Nacho miraba su reflejo en el ordenador. Sí, era alto, sí tenía unos ojos verdes envidiables y bueno... el pelo... estaba claro que no era demasiado rubio. Un castaño indefinido. Sí... Laura estaba rendida a sus pies. Llamarle sólo para decirle eso. Esboza una pequeña sonrisa. Sí, sí.

- Tan perfecto que hemos chocado por mi culpa, claro iba ensimismada pensando en mi nuevo príncipe azul, hemos chocado y se ha disculpado. ¿¡Dónde estaba una persona así!? Bueno a mi se me han caído libros y algún boligrafo que llevaba en la mano porque había salido súper rápido de casa de Ally porque me iban a cerrar en súper que hay justo enfrente de su casa. Pero tranquilo he llegado a tiempo. Ahora voy cargada con los libros y la compra. Por suerte he chocado antes, ¿te imaginas las latas de Coca Cola, las galletas y los tomates rodando por la calle? En fin... Bueno, que me voy del tema... ¿Sigues ahí?

Claro que seguía ahí. Esperaba el momento de escuchar "Era tan perfecto, me ha recordado tanto a tí"

-Sí, claro.

- Perfecto. Vale pues me mira, le miro. ¡Uff que guapo! Lleva una camiseta negra, lisa, de manga corta ¡Sin rayas ni estampados raros! Con una sudadera verde. Suerte que estaba desgastada... En sus mejores tiempos debería haber sido verde nuclear. Vaqueros, perfectos, en su sitio. Desgastados. Un reloj digital, negro, también! No me fijé del todo pero alguien tan ideal seguro que llevaba un piercing en la ceja...

Le ha dicho tantas veces que uno de sus mayores defectos es no llevar uno de esos... Seguro que se ha imaginado como le quedaría a él y por eso lo ha incluido en su descripción.

-El caso es que me agacho para recoger mis cosas, se agacha... que majo en serio... y de repente. ¿Sabes qué he visto? ¡He visto que llevaba tus zapatos! Sí, esos horribles que odio los que tu dices que son negros pero en realidad son azuloscurocasinegro, pero se nota que son azules. Que no son lisos, peor las arrugas son poco definidas.. Bueno los pliegues como tu les llamas. No he podido evitar reírme y el chico no me entendía. Le he dado las gracias y me he ido corriendo con al excusa que me iban a cerrar, pero en realidad... en realidad es que ha dejado de ser perfecto y se ha convertido en un simple mortal más. ¡Como tú! ¿No es genial desmitificar a las personas antes que se conviertan en una obsesión?

- Laura... ¿Algo más?
- Sí... he decidido intentar pasar por el mismo sitio a la misma hora todos los jueves... Si no puedo verte a ti, al menos veré tus zapatos. Ciao Nacho.

En casa, Nacho no sabe como sentirse. Después de tanto tiempo aún no entiende del todo los dobles sentidos de Laura. Aún no sabe qué hacer cuando le cuelga tan de repente, no entiende su juego, sólo sabe que no puede dejar de jugar y que por mucho que se lo piense siempre cogerá el teléfono. En la calle, Laura guarda el móvil con una sonrisa. "Y llegó el día en que me gustaron esos zapatos..." Piensa mientras gira por la calle Provença.

2 comentarios:

  1. ¿En serio, has pensado en publicar algo? Me encanta el relato, como caracterizas a los dos protagonistas y el giro que le das.

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  2. ¡Un brindis por todos los Nachos que conversan con Lauras!

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