sábado, 24 de diciembre de 2011

Diciembre (II)

A la mañana siguiente seguía sin haber café, no llovía, pero seguían sonando Los días raros. “Bon dia! La obra genial, de esas que te hubieran gustado menos de lo normal, pero a Cristian le encantó. A veces pienso que tienes razón y que debería cambiarte por él! Have anice day, baby!” Había algo raro en ese mensaje. Y no sabía que.

Mientras bebía un zumo de naranja, zanahoria y mango observaba la pizarra. Seguían las frases del día anterior. Laura había estado la noche pasada allí y no las había borrado ni tampoco había incluido un mensaje nuevo. Llevaba unos días muy estresada, en el trabajo había poca gente y demasiadas cosas que acabar antes de fin de año. “Esta noche le prepararé un baño relajante y una buena cena”.

Esa noche fue Marta la que no podía quedar. Carlos no recordaba la cena alternativa de empresa. Como cada año, ésta tenía lugar una semana más tarde, con menos comida, más alcohol y sólo un grupo selecto y reducido de invitados.

Fueron pasando los días, las “felices fiestas”, las rebajas, los meses. Nunca se habló del teatro. Ella no preguntó, él nunca se atrevió a recordar el día. Parecía que todo seguía igual hasta que un día entró en el baño y no vio ni las cremas, ni el perfume ni el cepillo de dientes de Marta. ¿Cuándo se había llevado todas esas cosas?

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