Hace aproximadamente un año y un mes encontré una frase que me hizo recordar a Kapuściński era de William Faulkner, escritor estadounidense i decía así:
Se puede confiar en las malas personas, no cambian jamás.
Inevitablemente me acordé del Señor R, él por aquel entonces siempre me decía que era mala, malísima, lo peor (con cariño, claro está) e inventé una especie de silogismo que publiqué en el flog con respuesta a descubrir y conclusión que os puedo confirmar. Decía así:
La persona R dice que soy mala,
malísima.
La persona K dice que las personas malas no
sirven para este oficio.
La persona R admira a la persona K.
Yo admiro a la persona R y también a
K.
¿Mi duda es...... sirvo para este
oficio?
Sirva o no una cosa está clara... la persona F
dice que podéis confiar en mi.
Ahora un año después hablando con Lluïsa y viendo las actualizaciones de Gerard, Stef y Mireia vi que quizá Kapuściński era una buena opción para esta actualización sobre ensayos y ensayistas.
Yo no tengo nada contra el gran maestro Kapuściński. Me leí Ébano y quedé enamorada de cómo describí la luz de África i cómo me hacía volver allí sólo con cerrar los ojos. Pero he leído dos veces Los cínicos no sirven para este oficio (y hubiesen sido tres si hubiera estado disponible en la biblioteca) y sigo pensando que se equivoca. Déjenme que me explique antes de crucificarme.
La frase que todo el mundo recuerda de ese libro es: “La malas personas no pueden ser buenos periodistas”. De ahí la duda existencial de si voy a ser [buena] periodista o no. Sí, a mí como a Lluïsa también me han dicho varias veces que de buena que soy parezco tonta, pero siempre he respondido que lo dicen porque no me conocen demasiado. No voy a entrar en debate de si los humanos son buenos por naturaleza y la sociedad los corrompe o si l’home és un llop per l’home. Simplemente digo que yo no soy buena persona, pero que como no creo que nadie lo sea al 100% (y menos si es mujer, pero ese es otro tema) me cuesta creer al maestro.
¿Por qué los cínicos no pueden sentir empatía?; ¿Por qué los cínicos son malas personas? Al fin y al cabo la los miembros de la escuela cínica, con su estilo franco y provocador desconcertaban a sus contemporáneos y desnudaban toda su hipocresía. No es tan diferente de lo que hace el periodista, ¿No?
Además, está Faulkner. “[…] Las malas personas, no cambian jamás”. En los tiempo que corren eso es un buen seguro. Yo no voy a cambiar, si sigo siendo mala me dará igual un medio u otro, yo actuaré como debo, ¿No?
A veces cuando intentamos sacar lo peor de nosotros, sacamos lo mejor. Porque nos da igual todo. Porque decimos lo que queremos decir y no lo que quieren que digamos. Porque escribimos las palabras adecuadas sin pensar en la repercusión o en la autocensura que nos aplicaríamos en estado normal. ¿La solución? Combinar el demonio y el ángel, sin asfixiar a uno ni oxigenar demasiado al otro.
Yo no tengo nada contra el gran maestro Kapuściński. Me leí Ébano y quedé enamorada de cómo describí la luz de África i cómo me hacía volver allí sólo con cerrar los ojos. Pero he leído dos veces Los cínicos no sirven para este oficio (y hubiesen sido tres si hubiera estado disponible en la biblioteca) y sigo pensando que se equivoca. Déjenme que me explique antes de crucificarme.
La frase que todo el mundo recuerda de ese libro es: “La malas personas no pueden ser buenos periodistas”. De ahí la duda existencial de si voy a ser [buena] periodista o no. Sí, a mí como a Lluïsa también me han dicho varias veces que de buena que soy parezco tonta, pero siempre he respondido que lo dicen porque no me conocen demasiado. No voy a entrar en debate de si los humanos son buenos por naturaleza y la sociedad los corrompe o si l’home és un llop per l’home. Simplemente digo que yo no soy buena persona, pero que como no creo que nadie lo sea al 100% (y menos si es mujer, pero ese es otro tema) me cuesta creer al maestro.
¿Por qué los cínicos no pueden sentir empatía?; ¿Por qué los cínicos son malas personas? Al fin y al cabo la los miembros de la escuela cínica, con su estilo franco y provocador desconcertaban a sus contemporáneos y desnudaban toda su hipocresía. No es tan diferente de lo que hace el periodista, ¿No?
Además, está Faulkner. “[…] Las malas personas, no cambian jamás”. En los tiempo que corren eso es un buen seguro. Yo no voy a cambiar, si sigo siendo mala me dará igual un medio u otro, yo actuaré como debo, ¿No?
A veces cuando intentamos sacar lo peor de nosotros, sacamos lo mejor. Porque nos da igual todo. Porque decimos lo que queremos decir y no lo que quieren que digamos. Porque escribimos las palabras adecuadas sin pensar en la repercusión o en la autocensura que nos aplicaríamos en estado normal. ¿La solución? Combinar el demonio y el ángel, sin asfixiar a uno ni oxigenar demasiado al otro.
He llegit això i me n'he anat a la biblioteca a buscar 'Ébano'. Torno a ser aquí, tinc el llibre entre les mans i estic una mica menys inquieta; però tu també torna. La sinceritat d'aquestes coses que escrius ja ho val tot. De debò.
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