martes, 3 de enero de 2012

Enero (III)

Ni siquiera hablaron después del incidente del teatro. Carlos se había conformado con un “muy bien”. Si hubiese insistido quizá ella le hubiera contado que en realidad no fue al teatro. Aquél día salió del trabajo y se dirigió a casa de Carlos que hasta ese momento había considerado un lugar de los dos. Se dio una ducha y se fue a casa de Cristian no sin antes dejar las entradas aparentemente usadas bien a la vista.

De aquella noche final recordaba chocolate caliente y una tarta de queso. Hablaron poco. Él no podía decirle “Te lo advertí”; ella no quería escuchar nada. Sólo tenia ganas de estar abrazada a alguien, llorando bajo una manta con cualquier película de (des)amor de fondo.

Decidió marcharse, pero no podía regresar a su piso. Alicia había alquilado la habitación hasta marzo y no tenía ánimos para convivir con la vitalidad de Cristian. De ese modo, lo más sencillo fue que las cosas siguieran su curso. Con la excusa de tener mucho trabajo, ella cada vez dormía más noches en la habitación de invitados o cabeceaba en el sofá.

Durante las jornadas de Champions Marta vaciaba poco a poco los armarios mientras él estaba en casa de Quique. Primero la ropa de invierno, luego la de verano; finalmente la de aquella primavera anticipada, aunque sólo climáticamente. Aquel 31 de Marzo, Barça y Arsenal empataron en Londres. En Barcelona, en cambio; entre Marta y Carlos uno había perdido.

2 comentarios:

  1. O los dos habían perdido por la estupidez de uno. En fin.

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  2. Potser tots dos van perdre o potser algun d'ells va sortir guanyant. Qui vol un amor que no és capaç de jugar-se-la? que no és capaç de donar-ho tot per l'altre persona? No és això el que busquem donar i rebre per igual?
    Ara bé, això creieu que passa a la vida real? Es pot aconseguir?

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